Gracias por llegar hasta aquí, y
si han podido hacerlo es gracias a Ilian y Leugim que captaron las imágenes,
las compusieron, las editaron y todo eso de lo que yo, equino al fin, poco
entiendo.
Me enseñaron que una nunca debe
dejar de agradecer, y si lo hace más de una vez, mejor; en esto cuadra bien ese
dicho conocido de que lo que abunda no daña.
Agradecí en el papel a todos los
que de una u otra manera colaboraron en mi gestación: la idea (Toto para los
amigos); las figuras tiernas a puro pastel que nos ilustran a mí y a mis
compañeros (Ileana); el delicado prólogo de quien fuera mi primer lectora (Ana
Emilia); las atinadas consideraciones y sugerencias de la autora de la
contratapa (Kelly); el magnífico trabajo del editor que sorprendió superando
las expectativas (Diego); el arduo trabajo de mi traducción al idioma inglés
(Sandra).
Además de ellos, esta fiesta, la
que acaban de ver, tuvo muchas manos involucradas en su tarea: las de todo el
equipo de la Subsecretaría de Cultura, liderada por Ricardo Tejerina, a quien
agradezco, además, las palabras que me dedicara en la apertura de mi fiesta; al
Coordinador de la Sede, el Mago Rodo, junto a Beatriz y el guardia de seguridad
que ahora no recuerdo el nombre (pero, él sabe); a Jorge Gómez, mi maestro de
ceremonias (hábil, muy hábil en lo suyo), a Claudia y a Claudio en los títeres;
a Lorena Pángaro, coordinadora del Taller Juvenil de Teatro del Cine-Teatro
Ocean y sus integrantes que ya pintan más que bien para las tablas, (ustedes ya
lo vieron); a Martín Linares y su interpretación de Don Ombú; a Miguel, el
técnico que operó sonido imagen y luces y que se ocupó también de los arreglos
necesarios para que nada de esto fallara; a Silvia y sus tallas de madera; a
mis amigas incondicionales: Anahí, Cecilia, Marcela, Mariana, Mónica que
prepararon todo para que puedieramos disfrutar de las golosinas y mis libros en
papel y en dvd; a los Re-Sueltos que nos acompañaron desde la entrada hasta la
salida y haciendo honor a su nombre supieron resolver varias cuestiones en el
medio; a Sandra, poeta, traductora y que también canta y ¡cómo!; a Graciela y
sus secuaces: Ana Emilia, Ileana, Kelly, Leticia, Michelle, Sergio y Victoria
de la carrera de Formación del Escritor de la Escuela Municipal de Arte,
Comunicación y Diseño dependiente de la Secretaría de Educación de la Municipalidad de Tres de Febrero, quienes
hace ya varios años vienen formando a mi escribiente; a todos los amigos que
pudieron hacerse un lugarcito y para compartir esta tarde de domingo con todos
nosotros, tan cálidos; y a aquellos que, por diversas cuestiones, no pudieron estar
físicamente pero nos acompañaron con el corazón.
Dicen los que saben que las
paralelas se unen en el infinito, yo les aseguro que podemos unirlas mucho
antes y lograr cosas maravillosas, porque el AMOR, AMIGOS, TODO LO PUEDE.
Copio a un Flaco al que admiro y que en su decir sintetiza lo que
siento en este momento:
A todos ustedes,
¡Gracias… totales!
La Caballita Blanca
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