domingo, 14 de diciembre de 2014

LETRAS VIVAS 2014 (Editorial Red Positiva)




Mi participación:

HABLANDO DE AMORES
¿Por qué escribo? Para que puedas escucharme desde el principio hasta el final. Sin que una mala mano me calle, o me tire al  piso, o me salte un diente, o haga que me muerda la lengua.
Es muy breve. No vas a perderte una copa por leerla. Después de todo es una carta de amor. Sí, de amor.
Hay amores que te rejuvenecen. Hay amores que te transportan a lugares insospechados. Hay amores que te vivifican. Hay amores que te hacen tocar el cielo con las manos. Y  hay amores, como el tuyo, que te llevan de paseo por todos los anillos del infierno. 
Yo no me daba cuenta. ¿Sabés? ¡¿Podés creerlo?! Yo entendía que estaba bien, que el alcohol es cosa de hombres y que es cosa de hombres pegarle a una mujer. Porque te quiero te aporreo, ¿no? Yo creía todo eso. Me habían hecho creer que era así y, mea culpa,  yo me lo creí. Todito me lo creí. Hasta ayer me lo creí. Sí, hasta ayer, cuando  el médico me dijo: La felicito señora, va a ser mamá. Y una ternura me caló hondo, se me enterró profunda en el alma, inquietó mi corazón. ¡Feliz! Estaba feliz.  Iba a casa feliz para contarte y hacerte feliz, tan feliz como yo me sentía, y pensaba: Tal vez ahora tenga una buena razón y deje el trago, y podamos ser felices juntos y...
Los pensamientos se fugaron con tu bienvenida. Esa que me diste y que llevo y llevaré por unos días estampada en mi mentón y en mi ojo derecho; y grabado eternamente en el alma el rodillazo que plantaste en mi vientre cuando casi me caí, y ese hilo caliente que se deslizó tímido por mi entrepierna y manchó mi pantalón.
Sí, mi amor. Hay amores que matan.
Yo quiero decirte que el tuyo no puede conmigo.  Ya no. Y que no va a poder.

Tal vez no la leas nunca, siempre tan borracho como estás. Capaz ni te des cuenta que es para vos. De lo que sí vas a percatarte, tarde o temprano, es que yo ya no estoy.
Liliana Bianco




 

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