V
CERTAMEN NACIONAL DE POESÍA
“Sendero de Palabras” 2013
P R E M I O S
PRIMER PREMIO:
“Debajo de la Ola ”
de Raquel FERNANDEZ
Villa Domínico, Avellaneda, Bs.
Aires
SEGUNDO PREMIO:
“Territorio de Locura” de Melcy OCAMPO
TERCER PREMIO:
“Dice un amigo mío” de Griselda BONAFEDE
Sunchales, Santa Fe
MENCIONES sin orden de mérito
“Infinito indeseado” de Aura RÉ
Córdoba
“Molino Ciego” de Efrain BARBOSA, Córdoba
“Silencio de pampa” de Carmen Liliana BIANCO Caseros, Bs.As
“Barro de Memoria”
de Raquel Mongiello
Funes, Santa Fe
“Existes”
de Lidia Inés Palacios San
Antonio de Areco, Bs As
“Buscando luces”
de Alicia BORGOGNO Cañada de
Gómez, Sta Fe
“Ignorancia” de Digna SABATÉ Pergamino, Bs. Aires
“Máscara de las horas nocturnas” de Celia PERDIGUÉS
Arroy Dulce, Bs. Aires
Silencio de pampa
El placard repleto de
glorias pasadas que la polilla se ocupó sesudamente de actualizar.
Ella allí, reflejada en
el espejo;
pendiente del carnaval
de figuras desfiguradas
que la neblina del
cristal destaca, oculta, mansilla,
mutiza por el foro de escenarios clandestinos.
Deslucido
vuelo de murciélagos
de
par en par sus alas como brazos de agonía.
Fantasmales
ciudades vagabundas.
Pura,
natural,
virginal,
sola
en
el sosiego de su silencio de pampa.
El
escritorio repleto de glorias pasadas que el tabaco y el tiempo se ocuparon de
amarillear.
Él
allí, pendiendo del techo;
arlequín
empastado en la neblina
que
lo destaca, lo oculta, lo enmudece,
lo
sumerge en el andar anónimo de la comparsa.
Deslucido
vuelo de murciélagos
de
par en par sus alas en su planear decrépito.
Amplio
espectro de la noche ciudadana.
Triste,
puro,
virginal,
solo
en
el sosiego de su silencio de pampa.
Ella
vió su sombra en el cristal. Quizá solo la sintió. Apenas una sensación. Percibió su deseo. La capturó en una esfumada
figura de grafito que sus manos apuraron en el papel. La vio descender con
levedad escalón por escalón. La intuyó fantasma y decidió encarnarla.
Manos de hombre.
Caricias de hombre.
Susurros de hombre.
Palabras de hombre
adormeciendo,
encantando su mente;
exaltando
su cuerpo de rescoldos
ahora convertidos en hoguera.
Se
cubrieron con su velo opaco,
se
perdieron en sus pliegues,
se
ahogaron en su luz.
El
fuego iluminó el cielo
estrellado
de artificios.
Vagabundeos
que se internan audaces
en
la empastada nebulosa citadina.
Que
se encuentran,
que se abrazan,
que
se funden,
sin
más sosiego que su silencio de pampa.
Liliana Bianco
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