Piedras en el camino que tropiezan
con tu andar cansino de apuros aletargados.
Años de ir tras un tren fantasma
que no conduce a ninguna parte,
a ningún destino.
No importa, tú corres.
Agotados desvíos, inservibles,
queriendo evitar el camino.
La espalda cedente
al peso de tanta ilusión inútil.
No importa, tú sigues corriendo.
Y corriendo te perdiste
la sonrisa de María
y el primer paso de Agustín.
Y corriendo se te fue el día y la noche
y un nuevo amanecer…
Pero no importa, tú no dejas de correr.
Sabes que cuánto más sabes,
más te falta por saber. ¿Lo sabes?
Y el pasado presente en el futuro
juega con naipes
que empardan el misterio.
Liliana Bianco
Pintura: José Curia
No hay comentarios:
Publicar un comentario